Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Quién era realmente la esposa del primer Presidente de México

 

Joaquín Márquez Montiel afirmaba erróneamente que María Antonia se apellidaba Bretón de los Herreros y como éste era un apellido muy conocido y homenajeado en España, por tratarse de una de sus glorias literarias, podría concluirse, también de manera equivocada, que ella descendía o por lo menos era pariente del dramaturrgo. Así que esta historia tiene una parte curiosa, chistosa y otra, final, que podríamos calificar de romántica, pero también dramática. Quedan unidos aquí dos personajes: Manuel Bretón de los Herreros y Guadalupe Victoria.

Germán Dehesa, de viaje por España, escribió en una de sus columnas del periódico Reforma que se encontraba en el “restorán Carmencita”, “a la sombra de Bretón de los Herreros”, en Madrid.

Hablaba de Manuel Bretón de los Herreros, periodista, dramaturgo y poeta español que nació en Quel, La Rioja, el 19 de diciembre de 1796 y falleció en Madrid el 8 de noviembre de 1873.

Era un poeta celebre, muy famoso no sólo en su país natal, también en Latinoamérica, concretamente en Brasil, por cierto; tras quedar tuerto en un duelo, escribió:

Dejome el sumo poder/ por gracia particular/ lo que había menester:/ dos ojos para llorar…/ y uno solo para ver.

Otro ejemplo del sarcasmo que manejaba el poeta se dio cuando tuvo problemas con un médico de la vecindad en qué vivía; el vecino, apellidado Mata, se molestaba porque tocaran a su puerta buscando al famoso autor y cansado puso un letrero en la puerta que decía: En esta habitación/ no vive ningún Bretón.

A lo que Bretón respondió con otro letrero en su puerta que decía: Vive en esta vecindad/ cierto médico poeta/ que al fin de cada receta/ pone “Mata”. Y es verdad.

Diez años antes que Bretón nació Guadalupe Victoria, primer Presidente de México, el 29 de septiembre de 1786, en San Ignacio de Tamazula, Galicia, hoy Durango; su verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix.

Fue Presidente de México del 10 de octubre de 1824 al primero de abril de 1829; al terminar su mandato se fue a vivir a su hacienda de El Jobo, en Tlapacoyan, Veracruz.

En una de las cartas de Victoria a la familia Bretón, el 7 de septiembre de 1839, le dice al papá de María Antonia, José María Bretón: “…mis deseos inalterables no son otros que unir, Dios mediante, mi suerte para siempre a la virtuosa y amable Tonchita, porque estoy íntimamente convencido de que seré feliz descansando en el seno de tan honrada y recomendable familia. Si usted no dispone otra cosa, porque se hará puntualmente lo que usted determine, he pensado arreglar mis negocios, los más urgentes, con el fin de dar una vuelta por aquella su casa de usted del Jobo. ¡Ojalá quisiera el cielo que a mi bajada por esos rumbos quedara concluido feliz y definitivamente mi más grande asunto, comenzándose ya a dar los pasos decisivos conducentes a tal objeto, para que así acabasen también de una vez la cruel incertidumbre y mis tristes penas, como se lo ruego encarecidamente a Tonchita y a usted”.

Tonchita aceptó, a pesar de que sabía que el ex presidente estaba muy enfermo. La boda aparece registrada en la parroquia de San Jerónimo, en Aljojuca, Puebla, el 29 de noviembre de 1841, aunque se llevó al cabo en la iglesia de San Diego, en Jalapasco, cuya cabecera es la de San Jerónimo

Al año siguiente, ya la salud de Victoria estaba muy deteriorada, se puso tan grave que el presidente provisional de México, Antonio López de Santa Anna, dio órdenes a la tropa estacionada a 50 kilómetros de distancia, en la Fortaleza de San Carlos, en Perote, Veracruz, para que enviaran médico y enfermeros a atenderlo a la hacienda de El Jobo, donde se encontraba..

Lo trasladaron primero a Tlapacoyan, donde le hacían sangrías para que le bajara la presión y la temperatura, luego a Teziutlán, Puebla, a treinta kilómetros de Tlapacoyan rumbo a Perote, y finalmente a la Fortaleza de San Carlos. Ahí murió. Quienes atendieron al expresidente en sus últimos momentos, no avisaron a Tonchita de su fallecimiento de inmediato, porque ella estaba comiendo con el comandante de la Fortaleza y prefirieron esperar a que terminara de hacerlo porque era ciega y temían causarle algún daño. Era el 21 de marzo de 1843. Victoria era epiléptico y por lo que reveló la autopsia tenía el corazón muy dañado.

La realidad es que, contra lo que sostenían algunos biógrafos de Guadalupe, ella estuvo a su lado hasta el final y, en consecuencia, fue a ella, no a su hermana Gertrudis, a quien entregaron sus pertenencias.

Aunque Tonchita heredó los bienes del ex presidente, los administraba el albacea, Francisco de Paula López, hijo natural de Victoria (dice una versión), quien nunca entregó cuentas a la viuda. Algunos años después de la muerte de su esposo, María Antonia se casó con su primo, José de la Luz Rosains Bretón y murió en su hacienda de Jalapasco, Puebla, el 3 de septiembre de 1851.

La hacienda de El Jobo era una de las más grandes del estado de Veracruz, la vendió De Paula al licenciado Rafael Martínez de la Torre el 23 de febrero de 1857, el mismo que después fue defensor de Maximiliano durante el juicio que culminó con la ejecución del emperador y de Miramón y Mejía en el Cerro de las Campanas, Querétaro, en 1867. Martínez de la Torre falleció en 1876 y dos años después, el 28 de diciembre de 1878, su hijo vendió El Jobo a Juan Bautista Diez Martínez Gil que 39 años antes había nacido en España, en un pueblito de Burgos, Castilla la vieja, llamado Barcenillas del Ribero.

Don Juan B. Diez llegó a México alrededor del año 1858, entonces había muchos españoles avecindados en el área de Teziutlán y Tlapacoyan. Todos llegaban por el puerto de Veracruz y se iban a la Ciudad de México, luego regresaban a establecerse a alguna población del estado que los había recibido.

Sobre Victoria, María Antonieta, Juan Bautista, El Jobo y Tlapacoyan, el que firma esta nota publicó el libro "La vida secreta de Guadalupe Victoria".

Ahora juguemos con las fechas: Diez años antes que Bretón nació Guadalupe Victoria, el 29 de septiembre de 1786, Manuel Bretón de los Herreros en 1796; Victoria murió en 1843, Bretón de los Herreros en 1873 y se equivoca Márquez Montiel cuando dice que María Antonia falleció en 1852. Eran de la misma época. El apellido Bretón de los Herreros no es común, parece ser un apellido compuesto y tales afirmaciones conducen a estas preguntas: ¿Quién era realmente María Antonia, esa mujer tan bella de la que el ex presidente se enamoró? ¿Llegó en verdad a Huamantla alguna familia Bretón de los Herreros? ¿Había parentesco entre María Antonia, la esposa del primer Presidente de México y Manuel Bretón de los Herreros, el periodista evocado por Dehesa?

La respuesta es: No. El segundo apellido de María Antonia Bretón no era de los Herreros y no vivió en Huamantla ni murió en 1852, como se desprende de los documentos con los que ahora contamos.

El verdadero nombre completo de la esposa del primer presidente de la república era: María Antonia Bretón y Blázquez de Velasco y murió en su hacienda de Jalapasco, Puebla, el 3 de septiembre de 1851. como hemos demostrado, documentos en mano, incluidos su acta de nacimiento y su testamento, en el libro mencionado antes.

Ver todos